Golondrinas de barniz
canturrean al azul,
y el pájaro en el abedul
despierta a mis
ojos de cristal.
El reloj esta vez no me grita,
pero el bolígrafo me susurra
gimoteando que escriba algo
con mi sangre de vino barato.
"Manos de madera
fabrican un conato
de poema, mientras
el viento de primavera
entra por mi ventana rota,
llorando vidrio y
mares de lunas.
Paré y me sentí flotando
en mi habitáculo,
como un ganso en
el agua de un estanque
sin patos.
No hay cisnes bonitos
en mis pantanos,
ni lobos cariñosos
en mis prados,
ni mujeres hermosas
en mi portal."
Y me alejé como
un idiota de ese pensar.
Pues al menos aún
me quedaban los pantanos.
Los prados.
Y mi portal, con una gran
vida en casa detrás.
Te sigo desde hace un tiempo y cada dia me sorprendes mas, enserio piel de gallina.
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