viernes, 10 de mayo de 2019

y aún así te sigo viendo

cuando las noches frías
se tornan infinitas y solitarias
guardo muy dentro de mí 
una bandera blanca

el mejor cojín donde descansar:
el recuerdo de verte dormida,
suspirando levemente 
como si me acariciase una leve brisa
mientras navego por un mar bravío.

y aunque las olas sean fieras y sacudan mi nave
me siento protegido al recordar tu abrazo;
como si bogase ahora en una balsa de aceite.

este recuerdo que me sumerge
y me hechiza a mí mismo,
era magia para todos prohibida 
menos para mí.

añoro no tener que dormir,
pasar las noches en vela
y así seguir viéndote 
aunque no me creyeras, 
la más bella del mundo.

Henri Toulouse-Lautrec