I
Retazos son ahora el
manto de la noche,
cuando rechazo verme
sumido en inciertas ensoñaciones.
II
Escombros se interponen en
la cuna que hay
dentro de mi cabeza
taciturna, donde duerme el
hombre con nictofobia.
III
Noté que desde que aprendí
a ser verdadero conmigo mismo
la sinceridad haría deslizarme
sobre el mar de nubes, y no
precipitarme al abismo.
IV
Ahora crees que todo cambia,
pero piensa: no son mentes sabias,
sino serpientes con mucha labia.
V
Tras tratar de adivinar cuándo una mentira
sería mentira, y cuándo una verdad
sería verdad; supe que jamás podría
al desengaño de mi vida exiliar.
Pero finalmente, algo con certeza pude descubrir:
VI
como si su alma fuera senil;
el niño es visto como tonto,
cuando sólo puede ser pueril.